Renovaciones en el cuerpo técnico de CV Melilla

El CV Melilla sigue ultimando los detalles de la próxima temporada que se estima comenzará en octubre y dentro de las renovaciones que se han anunciado en las últimas horas y en su firme objetivo de asentar los cimientos del que quieren que sea uno de los mejores equipos de los últimos años, el club está encantado en anunciar la renovación de dos grandes figuras indispensables en la consecución de dicho objetivo.

En primer lugar y al igual que Salim Abdelkader no necesita presentación, hablar de Jorge Luís Sánchez Cordero o como lo conocen en todas partes “el cubano”, es sinónimo de voleibol y de puro ritmo caribeño.

Desde que el primer técnico melillense decidiera contar con “la leyenda del voleibol melillense” Jorge Luís ha contagiado a los equipos nacionales de un espíritu y una energía de los que muchos conjuntos querían impregnarse.

Uno de los protagonistas de la gesta en la consecución de la Copa del Rey 2021/22, el cubano es un hombre ambicioso que no pone límites en su aspiración deportiva y que se ha marcado el objetivo de superar la pasada campaña.

Como él siempre suele decir a la plantilla en los partidos: “Señores, todavía no hemos hecho nada, todavía queda trabajo” “Nosotros no tenemos prisa, tenemos todo el tiempo del mundo para conseguir nuestros objetivos”

Sánchez Cordero es de origen cubano y nacionalizado español, ha sido internacional con la selección cubana y en España ha jugado en Melilla de colocador hasta su retirada como deportista. Nacido en La Habana llegó a nuestra tierra a finales de la década de los noventa para hacer de esta su casa, consiguiendo ganarse entre los melillenses un respeto y un cariño extraordinarios. 

Además de ser el segundo entrenador del equipo masculino, Jorge aportará su granito de arena en el equipo femenino, al igual que realizó la pasada campaña y a las que dirigió en la fase de ascenso en la que lograron un merecido primer puesto.

Suya es la frase adoptada por el equipo para dar vida a las publicaciones “Candela y pica pica”.

La segunda renovación es la de Kemel-din Mohamedi que seguirá al menos otra temporada más dirigiendo la preparación física del equipo, así como otras labores dentro de la entidad al tratarse de una de las personas más involucradas también dentro del proyecto.

Salim Abdelkader tiene plena confianza en el trabajo de Kemel como ha demostrado en las pasadas campañas y por eso no hay ningún motivo para romper el grupo que tan buenos resultados ha dado. De hecho, el técnico melillense ya ha manifestado en estos días que será el propio Kemel quien tome las riendas en las primeras sesiones de trabajo donde la preparación física es fundamental.

El club ha indicado que “reconoce la gran valía personal y profesional del Kemel, y se espera que continúe con su inestimable labor, siendo uno de los técnicos más querido y valorado por la plantilla”.

El preparador físico cuenta con una amplia experiencia en la disciplina. Se licenció en Ciencias del Deporte por la Universidad Autónoma de Madrid, posee un máster en formación del profesorado en Educación Física por la Universidad de Alcalá y un máster en Alto Rendimiento en Deportes de Equipo por el Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña.

Ha trabajado como responsable de la preparación física en las categorías inferiores del Rayo Vallecano de Madrid, así como de auxiliar en el CD San Fernando de Henares. Ha sido preparador físico para la Universidad Pontificia de Comillas y estuvo cinco años como recuperador principal del Club Deportivo Canillas de Madrid.

Hace tres temporadas que volvió en Melilla para involucrarse en el voleibol y ha hecho de este deporte su pasión y su profesión, aplicando las técnicas más novedosas en la recuperación física de los deportistas, así como en la prevención de lesiones y en el desarrollo muscular.

Con sendas renovaciones sumadas a la de Salim Abdelkader y Mariano Riganti, el club tendrá garantizada una dirección técnica de alto nivel y que trabajará en sintonía para dominar las competiciones nacionales del voleibol melillense.