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Séptimo día: Por fin llegó la primera

miércoles, 18 de septiembre de 2019 0:39

Diario de los RedLynxes

Los Red Lynxes derrotaron 3-2 a Austria en un encuentro duro, trabado, irregular, sufrido pero que sirve para mantener las opciones de clasificación del combinado español. Este miércoles llega el merecido descanso antes de pensar ya en la final contra Alemania del jueves por la tarde.
Costó pero se consiguió. Con más apuros de los esperados, España se impuso 3-2 a Austria en la penúltima jornada de la primera fase del Europeo de Bélgica.
No es que el conjunto austriaco no fuera un rival de entidad. Pero después de las buenas sensaciones frente a Serbia, la expedición nacional soñaba con un triunfo que sirviera para refrendar sus opciones de clasificación.
Triunfo después de una jornada que comenzó en los pasillos del hotel. El seleccionador Fernando Muñoz decidió quitar el entrenamiento matinal, tras el esfuerzo de la noche anterior, y se cambió por una sesión de activación que Omid Etemed se encargó de dirigir en uno de los pasillos de la planta menos dos del hotel, justo delante del comedor -que hoy tenía algo más de comida que en día anteriores-.
Esa fue la primera novedad. Otra novedad del día fue que Andrés Villena no puso su música camino del pabellón. El día anterior el ánimo previo al partido con Serbia no invitaba a la fiesta, y como el efecto salió bien, el opuesto andaluz debía pensar que las cosas que funcionan no se tocan. Caras de concentración y silencio en el trayecto al Lotto Arena. Había mucho en juego y eso todo el mundo lo sabía.
Otra novedad llegó en los banquillos. No había banquillos. Los famosos de cartón reciclado ya no estaban y habían pasado a formar parte de la decoración del recinto deportivo. Eran bonitos y ecológicos pero la doctora Manoli González ya me dejó claro que “un día más encima de ellos y habríamos terminado todo el equipo en un agujero dentro”. Esos soportes se cambiaron por unas simples sillas, menos artísticas pero más efectivas.
Otra novedad llegó en la presentación de los equipos. Humo y fuegos artificiales que se iban a usar en el Bélgica-Eslovaquia, que se jugaba más tarde, y que se decidió probar en nuestro partido. Era algo tan novedoso que al speaker se le olvidó nombrar a nuestro jugador dorsal 23 (Mario Ferrera) en el momento de la presentación del equipo.
Y quien sabe si, con tanta novedad, al equipo español se le atragantó un poco el partido y el rival. Un conjunto austriaco con menos potencial pero que lo que hacía, lo hacía bien. España ganó el primero, no cerró el segundo, se impuso en el tercero, regaló el cuarto y se tuvo que ir al quinto para llevarse una victoria con un sabor algo agridulce.
Pero como decía después el propio seleccionador, lo importante es que España está donde quería, llegando a la última jornada con opciones de clasificación. Opciones que pasan primero por lo que hagan este miércoles Eslovaquia y Alemania a partir de las 17:30.
Partiendo de la premisa obligada de un triunfo español el jueves, si ganan hoy los eslovacos podría darse una final directa con los germanos por la cuarta plaza; y si vencen los teutones, se podría dar un triple empate entre los tres equipos.
Cuentas y más cuentas que hicieran más amena la cena, diferente también por el regalo de jamón y lomo que Omid hizo al cuerpo técnico tras el triunfo conseguido. “Estaba esperando el momento para invitar”, afirmó de manera solemne.
Este miércoles habrá jornada de descanso. Los jugadores tendrán libre por la mañana para despejar la mente, entreno por la tarde y asistencia obligada a ese Alemania-Eslovaquia. El sueño sigue vivo y nadie quiere despertar todavía.
Iñigo Torres