Selección Masculina

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Noveno día: Adiós Amberes, hola Apeldoorn

viernes, 20 de septiembre de 2019 1:16

Selección Masculina. Diario de los Red Lynxes

Los Red Lynxes hicieron historia al clasificarse para los octavos de final del Campeonato de Europa, gracias a su brillante victoria por 3-1 frente a la vigente subcampeona continental, la poderosa Alemania.
Y me gustaría comenzar confesando que hacía mucho que no sufría tanto en un partido de voleibol. Cuando uno no está acostumbrado a vivir el deporte de elite con frecuencia y, además, como “protagonista”, uno no ve nunca el final del encuentro, el ansiado triunfo y cada punto se convierte en un suplicio.
Uno que tiene la suerte de convivir estos días con los jugadores y cuerpo técnico, ver sus rostros de tensión en la previa del partido, su complicidad en cada minuto del día, su solidaridad en cada instante, su trabajo discreto pero sin descanso, no podía mantenerse “neutral” en una cita como ésta.
El duelo ante el cuadro germano era complicado. Alguno podría pensar que Alemania ya no se jugaba nada, pero por el `fair play´ deportivo y por su propia necesidad, puso en liza sus mejores armas y sólo la entrega, la determinación y el brillante juego de los Red Lynxes evitaron la derrota. Nadie les regaló nada y están en octavos por méritos propios.
Todo ello después de una jornada que comenzó muy pronto, con un entrenamiento matinal con el pabellón casi todavía cerrado. Una sesión más seria de lo habitual. Era día de partido y las caras eran de día grande. No había tiempo que perder, ni para bromear en el desayuno o en la comida, y la rutina se repitió como en encuentros anteriores pero con una mayor importancia si cabe.
Alemania era un viejo conocido, al que curiosamente España parece tenerle tomada la medida. Tal vez por eso el partido comenzó ya en el hotel, cuando el delegado teutón propuso al español salir algo más tarde hacia el pabellón. Primero la organización dijo que no, luego que “ya veremos” y finalmente la salida se retrasó 15 minutos, que a la larga los jugadores agradecieron.
Eso permitió también a Juanjo Susín poder escaparse al mediodía para hacer unas compras de última hora, no porque pensara que la participación española iba a concluir este jueves, sino porque los bombones belgas solo se debe comprar en Bélgica (y no en Holanda, nuestra próxima parada).
Así que, en un día más o menos rutinario, con sus comidas, sus sesiones de vídeo o sus traslados del hotel al pabellón y viceversa, toda la tensión y las novedades se dejaron al partido en sí.
Los Red Lynxes sacaron el tarro de las esencias para ofrecer su mejor voleibol, solo comparable al visto por momentos ante Serbía, pero incluso con una mayor regularidad. Se ganó el primero y se repitió en el segundo frente al seis titular germano, pero en el tercero Alemania reaccionó -con unos suplentes igual de buenos pero más acertados-, y a un servidor el corazón ya no le cabía en el pecho. Un hipertenso diagnosticado como yo no estaba preparado para vivir un quinto set.
Eso NO pasó. Los chicos, al igual que la Selección femenina hace apenas un par de semanas, querían escribir una nueva página brillante del voleibol nacional. El cuarto juego fue de nuevo de dominio absoluto hispano y el triunfo se confirmó con ese tres bloqueos consecutivos de Vigil y con ese remate en línea de Colito.
Así que España está en octavos, otras selecciones no, y el premio será jugar un partido ante la vigente campeona del Mundo, Polonia, donde el objetivo es competir y disfrutar. Eso sí, primero toca decir adiós a Amberes y dar la bienvenida a su nueva casa, Apeldoorn, en Holanda.
Firmado Iñigo Torres