Selección Masculina

Inicio

Décimo día: Llegó el momento

viernes, 20 de septiembre de 2019 23:39

Selección Masculina. Diario de los RedLynxes

Los Red Lynxes disputarán este sábado (20 horas, Omnisport de Apeldoorn) los octavos de final del Europeo frente a Polonia, doble campeón del Mundo en 2014 y 2018 y firme candidato a luchar por las medallas.
La historia se escribe con grandes gestas y esta es una buena oportunidad para añadir un capítulo. El reto es mayúsculo, realmente complicado, pero nadie puede privar a los españoles de al menos disfrutar con un partido de estas características.
La veinte de periodistas polacos presentes en la rueda de prensa previa al partido hablaban al seleccionador y al capitán de los Red Lynxes de miedo al rival, de reto imposible, etc. Respeto máximo sí, pero miedo ninguno. No en vano España ya ha plantado cara a Serbia, tercera del último Europeo y ha derrotado a Alemania, actual subcampeona continental.
Y esa confianza se notaba en la expedición desde que se cogía el autocar en Amberes a las diez de la mañana, para abandonar Bélgica y llegar dos horas más tarde a la localidad holandés de Apeldoorn.
Viaje tranquilo, con los jugadores descansando, incluso durmiendo y seguro que soñando con esa cita de octavos. Nos hemos ganado el derecho a soñar, era el pensamiento común de los Red Lynxes.
El hotel de esta nuevo cita no tiene nada que ver con el anterior. Moderno, tranquilo y, sobre todo, con comida y bebida en condiciones. “El salmón está bueno”, “la carne, también”, “el pan está exquisito”, “el agua viene embotellada, como debe ser”, eran las frases que se pudieron escuchar en el comedor, sobre todo a la hora de la cena cuando los hispanos no tuvieron que pelearse por un plato con alemanes, holandeses o polacos.
La única pega a la nueva “casa” fue la tardanza en repartir las habitaciones, lo que se pudo compensar con una larga siesta antes de la merienda. Fue la antesala a la sesión de entrenamiento en el nuevo recinto que acogerán los octavos.
El Omnisport de Apeldoorn es un edificio enorme, con dos salas pero que no tienen nada que ver. “Yo jugué aquí pero en el otro pabellón”, recordaba Fernando Muñoz. Y es que la pista de voleibol, donde el club anfitrión estaba trabajando en seis pistas simultáneas, no será esta vez la cancha de juego.
Los partidos se jugarán en el imponente velódromo contiguo. Una instalación readaptada a la que han colocado en el centro una cancha de voleibol y gradas desmontables que hacen que el aficionado esté “literalmente” encima del jugador.
Esto unido a la previsión de la presencia de cientos de seguidores polacos, a partir de las ocho de la tarde, hacen del encuentro una gesta aún más complicada. Los periodistas polacos no creen, las casas de apuestas tampoco pero un servidor, viendo la cara del equipo y como trabajó esta misma tarde, es optimista. Porque soñar es gratis.
Firmado: Iñigo Torres